10% DE DESCUENTO CON TRANSFERENCIA BANCARIA

$14.400

3 cuotas sin interés de $4.800
10% de descuento pagando con Transferencia o depósito bancario
Ver medios de pago
Entregas para el CP: Cambiar CP
Medios de envío
Nuestro local
  • LIBRERÍA DON QUIJOTEFitz Roy esquina Brown, Bahía Blanca. HORARIO DE ATENCIÓN: Lunes a Sábados de 9 a 13 y de 16:30 a 20:30 hs.
    Gratis
Descripción

ALICE CARTOCCI
ARTE EGIPCIO
SCALA

Páginas: 350
Altura:
Ancho:
Lomo:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788881178704
Estado: Nuevo

Ninguna civilización del pasado ha dejado testimonios tan imponentes, fascinantes y, al mismo tiempo, tan poco "humanos" como la civilización egipcia. En el antiguo Egipto, el arte no es expresión del hombre, sino una representación viva y activa de la creación. La naturaleza tan extrema y poderosa del valle del Nilo, donde la llanura fértil se alterna sin solución de continuidad con el desierto y donde el ciclo implacable de la inundación borra el paisaje para traer nueva vida, da forma al arte egipcio, porque es ante todo la emanación directa de la divinidad, y como tal vuelve a plasmar con rigor matemático y estrictos cánones codificados el orden establecido por los dioses. La religión es todo y todo es religión en el antiguo Egipto. El arte no tiene valor estético en este mundo: el arte es símbolo de la naturaleza, tiene que extraerle su esencia, no imitarla, no conceder libertades y autonomía al individuo. Las obras que decoran los templos, los edificios y las sepulturas siempre tienen una función mágica: actúan y protegen. No son, por lo tanto, una imitación de la naturaleza, sino al contrario, ellas también son una creación, están vivas y son poderosas. La magia y la concepción religiosa de estos artistas-artífices se sigue percibiendo todavía, aun cuando esas obras hayan sido trasladadas a países lejanos del sol deslumbrante del desierto africano y aunque se encuentren en las vitrinas de los museos, todas ellas hablan de un mundo natural vivido por e hombre pero creado por la divinidad que lo invade por completo. Un mundo donde el hombre y su arte representan el punto más alto de la creación divina.