ADRIAN MARCELO TENCA
EL EXTERMINIO DE LOS VARONES
EDITORIAL DUNKEN
Páginas: 144
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Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789878527895
Estado: Nuevo
El autor juega con los tiempos y la universalidad del conflicto, en una propuesta que a poco de comenzar pareciera asemejarse a un relato de ciencia ficción. Bien podría ser un recurso autoral esa mirada rayana en la exageración.
O quizá, es un silencioso grito, que busca romper con todos los estereotipos impuestos, convocando a un darnos cuenta como sociedad una sociedad globalizada que arrasa con el factor humano y nos deja sólo sus inseguros vestigios.
Los personajes interactúan en una suerte de realidad paralela. ¿Lo es? NO. Es un presente absoluto que se cuela en nuestras apresuradas vidas, poco proclives a ver que lo que estamos viviendo de ficción nada tiene hasta que nos toca muy de cerca, cuando ya es demasiado tarde.
Queriendo escapar de una inequidad que llevaba siglos buscando un cambio, avanzamos inconscientemente en un círculo invisible y determinista, donde los extremos se tocan como en el Uróboros...
"LA SERPIENTE MITOLÓGICA QUE SE MUERDE SU PROPIA COLA..."
El camino de esta lucha no es lineal y no lo hemos advertido. Es tan circular y peligroso como el Uróboros. La legítima lucha por salir de la ancestral impronta machista, grabada a fuego por todas las religiones monoteístas, nos está llevando a un extremo despiadado e igualmente pernicioso, sin tener siquiera tiempo para evaluar los altísimos precios que estamos pagando todos sin saberlo todavía. La realidad avanza más rápido que la toma de conciencia personal. Así se conforma la historia: siempre nos enteramos tarde de lo sucedido.
¿Qué nos espera al llegar a la meta de esta descarnada lucha, cuando la serpiente muerda su propia cola? La peor de las pesadillas seguramente no buscada, pero que silenciosamente se erige en una nueva inequidad: abolida la presunción de inocencia y sin necesidad alguna de que existan pruebas para una condena firme, poco o nada quedará en pie de los derechos y garantías que fueran las bases de un sistema republicano y democrático. ¡La igualdad no debiera tomar el color de la venganza y sin embargo!
Correr en círculo nos devolverá al punto de partida, aunque hoy intentemos ignorarlo.
La Justicia más ciega que nunca, no puede, discriminar "culpables de inocentes".
O sí podría, pero la violencia con la que se intenta llegar a la tan ansiada igualdad no se lo permite. En realidad ha quedado maniatada por imperio del temor a ser juzgada, mientras la política se ahoga en su propia demagogia.
¡EL EXTERMINIO DE LOS VARONES PARECIERA SER EL FINAL NO EDMITIDO POR EL FEMINISMO FUNDAMENTALISTA!
¡LA INEQUIDAD SIGUE EN PIE... SÓLO CAMBIA SU FORMA EXTERNA!