ALEJANDRO SESELOVSKY
TRASH RELATOS DE LA ARGENTINA MEDIATICA **PROMO**
NORMA GRUPO EDITORIAL
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Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 978-987-545-256-5
Estado: Nuevo
¿A qué cosa llamamos Ricardo Fort? Nazarena Vélez contando que Hernán Caire le pidió matrimonio con una 22 en la mano.
Wanda Nara explicando cómo se construye el escándalo prefabricado. Johnny Allon con dos guardaespaldas atravesando la muchedumbre en una disco de La Matanza y el Facha Martel viendo a qué chica se puede llevar al baño en una disco de Palermo Hollywood. Después pueden llegar la indignación, la indiferencia o la risa, pero lo primero siempre es el asombro, la fascinación.
Escribe Jorge Dorio en el prólogo de este libro: En tiempos remotos existía la difundida certeza de que la pantalla chica era un podio que premiaba con su hospitalidad a quienes se destacaban en un rubro cualquiera de la actividad humana. Los realities demostraron que la ecuación se había invertido: bastaba una aparición en la tele para adquirir un aura más o menos fugaz en la penumbra de las multitudes. En esa conversión están, seguramente, las raíces de la selva que explora Alejandro Seselovsky en este volumen.
¿Y quiénes son estos personajes y quiénes las personas reales que le dan vida en pantalla? Seselovsky llega hasta el fondo de cada una de estas construcciones mediáticas y las mira con lupa, sin prejuicios, sin el dedo levantado, y se confirma, nos confirma a todos, que son sujetos como nosotros, profundamente humanos y es ahí donde no podemos dejar de mirar, de leer.
A través de los nueve retratos que forman este libro, Seselovsky confirma su madurez como cronista y termina de apropiarse de un estilo que ya era suyo: todo está en duda, el personaje, lo que lo rodea y hasta el lenguaje.
Seselovsky desarma sus criaturas, las revisa y nos las entrega para que las veamos por dentro, para que comprobemos los materiales con los que estaba hecho el absurdo de su totalidad. Después termina y sus lectores quedamos ahí, en el medio de un universo revuelto, colorido, trágico, hilarante y a la vez triste. Queramos o no, estamos irremediablemente sumergidos en el universo Trash.